ARRANCANDO CON LA PRIMERA – PERU ESTADO LAICO

Finalmente me decidí y opté por abrir un blog en donde intentaré verter y defender mis posiciones políticas, y quizás mi visión del mundo, veremos que tal nos va.

Acá va la primera.

El estado laico

El Perú es una república con visos de democracia, de estilo presidencialista pero con separación de poderes. Y este es un punto, para mi importante. En la ultima constitución se reconoce en el articulo 2, numerales 2 y 3 lo siguiente:

«2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay
persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público
de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden
público.»

Ademas, tiene efectivamente un tema especial con la ICAR

«Artículo 50.- Estado, Iglesia católica y otras confesiones
Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado reconoce a la Iglesia
Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú, y
le presta su colaboración.

El Estado respeta otras confesiones y puede establecer formas de colaboración con ellas.»

El vínculo no queda ahí, ya que los prelados de la ICAR no siendo funcionarios publico, con lo cual no están sujetos a sus vaivenes, cobran un sueldo salido de los impuestos de todos los peruanos [claro, de los peruanos que pagan impuestos] en virtud a un convenio suscrito con el Vaticano; y esta es una ventaja por sobre cualquier otra religión;  ademas claro del privilegio único de la exención de impuestos de la que goza.

Dicho esto, resulta que la constitución no declara, en principio, que el estado peruano sea laico, lo que señala es que es un «régimen independiente y autónomo», es decir, no sujeto a lo que la ICAR manifieste.

En nuestro sistema el poder político debería estar separado del poder religioso, pero a pesar de esta comprensión hay un evidente tratamiento especial e intromisión permanente lo cual, desde mi punto de vista,  no permite que se tomen decisiones correctas. La separación entre estado e iglesia debería garantizar que tomen decisiones en base a criterios técnicos y no a creencias religiosas.

Sin embargo, las intromisiones de algunos actores de la ICAR son permanente y públicas transgrediendo la independencia y autonomía que debe existir y que es necesario reclamar.

El prelado de la ICAR esta en todo su derecho de predicar lo que le venga en gana y exigir comportamientos vinculados con sus reglas particulares, pero solo a su rebaño y no al resto de ciudadanos que no comulgan con sus ideas. Los ciudadanos no comulgantes no tenemos porque aguantar su cháchara oscurantista, su doble moral y su falta absoluta de valores cristianos, esos que ellos mismos dicen vivir. De no gustarle esto, podría trasladar su sede a Irán o Irak en donde las decisiones políticas y la religión no tienen una frontera.

Dicho esto, ahora la ICAR se empeña en bloquear las clases de educación sexual en las escuelas publicas, es decir, en donde la ICAR no tiene intervención alguna y al mismo tiempo quiere mantener las clases de religión católicas. A la iglesia, no le interesa ni preocupa la tasa de embarazos juveniles, tampoco la de abortos clandestinos, tampoco los derechos de las mujeres, solamente le interesa mantener el control.

No puedo dejar de mencionar que hay una responsabilidad de parte de los pelafustanes que tenemos en el gobierno, no puede ser que su miedo o desinterés sea tan grande como para evitar tomar decisiones políticas de estado sin que el intervencionismos religioso los desvíe de su deber inicial.